La ingestión de ilusiones,
me tienen al borde de la
derrota.
Nubes de piedra poblan mi
cabeza
me doblegan los espíritus
de los recuerdos
que como Ángeles
caídos se retuercen,
me paralizan los latidos,
con sus lamentos.
El sueño se quiebra,
sale de su hojarasca
marchita por cada caída
he caído en cada una.
Cada vez cuesta
mas trabajo ponerse en pie.
Desolación quejumbrosa
que nubla el alma,
apaga los latidos
de este cansado corazón.
los grilletes de la prisión
los arr-astros de tanto
vivir.
El cielo palidece
de rostro a mujer de otoño
susurros de niño perdido
de la triste agonía
sepulcral,
del anhelo caído,
mustio,
abatido.
Dulce como la miel
arrastra sus pasos.
Sigilosa y dormida,
La vida camina,
dando jalones
a mi espalda,
todo pasa y nada viene,
todo se aleja y nada va,
todo se pierde y no me queda
ningún recuerdo para
consolar.
En las rodillas tengo
callos
de tanto mi cabeza
inclinar,
a la luz de otros ojos
no hay mas lastima que
convidar.
El mas desvalido ser me
siento
El que se arrastra por esta
vida,
sobreviviendo a duras
penas,
de la arena material,
que me da la masa
intestinal,
mis diez corazones,
esta pena
me arrastra al final
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